Si eres amante de la cosmética seguro que habrás visto alguna vez la famosa etiqueta del conejito en algún producto, que le categoriza como cosmético no testado en animales, lo que se conoce como cruelty free significa que, como su propio nombre indica, es libre de crueldad animal.
Este tipo de cosmética se basa en la premisa de que ningún animal debe ser torturado a lo largo de todo el proceso de fabricación del producto, ni se debe realizar pruebas de ingredientes con ellos. Y es que, ¿quién no está en contra de la crueldad animal?
Sufrimiento innecesario del animal
Según indica la organización PETA (People for the Ethical Treatment Of Animals), más de 100 millones de animales son «usados» para testar y crear productos de belleza. Se intoxican los ojos de los animales para comprobar si reaccionan negativamente a la toxicidad, se les envenena, se les tortura y el 70% de estos experimentos se practican sin anestesia. Incluso en algunos casos, se les llega a causar la muerte.
Procedimientos que no son necesarios ya que en la actualidad es posible contar con métodos alternativos que eliminan la experimentación animal y que permiten saber qué efectos tendría un ingrediente – como las réplicas de tejido animal – además de que existe una serie de ingredientes que están catalogados como “seguros” ya que han sido testados anteriormente. Sin embargo, muchas marcas de maquillaje continúan probando estos ingredientes, bien porque desconocen esto o bien porque testan el producto final.
Hoy en día consumimos muchísimos productos sin saber que hay detrás de su producción y seguramente que si tuviéramos más conocimiento sobre el tema una importante cantidad de nosotros nos lo pensaríamos dos veces antes de volver a consumir estas marcas. Por eso mismo es tan importante que estemos informados de la procedencia de los productos que consumimos.
En Europa, prohibido testear en animales
Actualmente en Europa no hace falta un sello cruelty free para tener la certeza de que un cosmético no ha realizado pruebas en animales, ya que desde 2004 cualquier empresa del sector tiene prohibido testear en animales. En China, en cambio, los productos de cosmética están obligados por ley a ser probados en animales. Entonces, cualquier marca que en Europa asegure ser cruelty free, perdería esa categoría al vender en china.
Cosmética natural, vegana y cruelty free
Actualmente existen muchos tipos de cosmética: natural, vegana y cruelty free, y existe el error de creer que un cosmético cruelty-free sea automáticamente vegano y viceversa. Por eso es importante saber diferenciarlas.
Cosmético natural significa que el producto incluye un alto porcentaje de ingredientes no-químicos (extractos de plantas, minerales, aceites esenciales…) y un mínimo de químicos, normalmente conservantes. Pero natural no significa que sea ecológico (para ello, esos ingredientes tendrían que provenir de un cultivo que cumpla con ciertos estándares) ni vegano, ni cruelty-free.
Un cosmético vegano es un producto que no contiene ingredientes de origen animal, ni derivados, como por ejemplo la miel. Y un cosmético cruelty-free es un producto que no se ha testado en animales.
Son pequeños matices pero que resulta interesante tenerlos en cuenta a la hora de elegir unos productos u otros en función del nivel de compromiso que queramos tener con el Medio Ambiente, con promover un mundo donde no hayan cosméticos que estén probados en animales y también, con nuestra propia piel, ya que los ingredientes altamente químicos pueden perjudicarnos.
Con este post, esperamos que hayas aprendido qué es la filosofía cruelty free, la apliques en tu rutina de belleza y busques otras opciones que hagan menos daño a nuestros animales. ¡Por un mundo ecofriendly!